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La digitalización: una oportunidad que la región Andina no puede perder
Fernanda Espinasa
Politólogo de profesión y periodista de oficio
Osmel Manzano
Asesor Económico Regional en el Departamento del Grupo Andino en el Banco Interamericano de Desarrollo y Profesor Adjunto en la Universidades de Georgetown y George Washington
José Luis Saboin García
Economista del Departamento de Países del Caribe del Banco Interamericano de Desarrollo
La región Andina -conformada por Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela y Colombia- al igual que el resto del mundo, se encuentra en un momento de importantes cambios que afectan sus procesos de producción económica. Los países de la región se enfrentan a una serie de desafíos que pueden dividirse en dos categorías: por un lado, están los retos que se desprenden de las características propias de los países que integran, como su dependencia de las materias primas y sus índices de baja productividad; por otro, existen desafíos que resultan de factores externos como el cambio climático, las políticas de descarbonización promovidas por el Acuerdo de París, la automatización y la pandemia por el COVID-19, cuyo impacto ya está reconfigurando las dinámicas de producción económica a nivel mundial.
Ante este panorama difícil, la digitalización empresarial es imprescindible para que región Andina encuentre un camino exitoso hacia el futuro, pues ofrece oportunidades para apuntalar la productividad y la creación de empleo. La digitalización empresarial consiste en la introducción y profundización del uso de tecnologías en una empresa para mejorar su desempeño y alcance, principalmente en lo que se refiere a sus procesos internos, su relación con clientes y proveedores, así como con su modelo de negocio. En la región Andina ya hay motivos para creer que esto es posible: se ha demostrado que hay una relación positiva entre la transformación digital y el desarrollo económico, así como entre la transformación digital y la productividad laboral en países como Bolivia, Colombia y Perú.
Si los países latinoamericanos no son capaces de aumentar su productividad a través de la digitalización, el crecimiento económico de los próximos 15 años será hasta 50% menor que el de los 15 años anteriores. Así, la revolución digital representa una enorme oportunidad, pero también un riesgo en caso de que las economías no consigan una rápida adaptación al cambio. ¿Cómo se puede lograr que la digitalización avance las agendas de desarrollo? Aquí te contamos un poco.
El boom de la transformación digital
Hace apenas 25 años, tan solo el 4% de la población mundial estaba conectada a redes digitales; para 2019, se estimaba que esa cifra había aumentado al 50%. El crecimiento de la digitalización ya era exponencial antes de la pandemia del COVID-19 y ésta no hizo sino acelerarlo aún más. El distanciamiento social hizo que la digitalización diera un importante salto hacia adelante en la región Andina y en el mundo. Según Internet World Stats, el principal sitio sobre las estadísticas de uso de internet mundial, casi el 73% de la población de América Latina y el Caribe se encuentra conectada a internet. Se podría decir que la pandemia trajo consigo un choque de digitalización «forzada» a la región, donde el comercio electrónico creció 157% entre el primer y segundo semestre del 2020. En Colombia, por ejemplo, la presencia virtual de las empresas creció ocho veces entre abril de 2019 y marzo de 2020. En Ecuador, el comercio electrónico aumentó sus ventas en un 44%, al pasar de US$1.600 millones en 2019 a US$2.300 millones en 2020.
¿Por qué vale la pena apostar por la digitalización en la región Andina?
Las telecomunicaciones son vitales para la economía del conocimiento e indispensables para que prosperen los nuevos modelos de negocio caracterizados por la desintermediación, el intercambio y la colaboración en línea. La relevancia de las telecomunicaciones se basa en tres pilares fundamentales:
- Su incidencia en el crecimiento económico: numerosos estudios explican la relación entre la expansión de las telecomunicaciones y el desarrollo económico y, en particular, la relación que existe entre el aumento en la penetración de banda ancha y el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
- Su efecto en la colaboración y transparencia: el impulso a las telecomunicaciones durante la pandemia del COVID-19 hizo que el acceso a internet de alta velocidad se consolidara como una herramienta indispensable para que las personas, las empresas y los gobiernos interactúen entre sí, lo cual a su vez trae consigo más colaboración y transparencia.
- Su transversalidad: la masificación de la conectividad móvil de quinta generación (5G) amplía el potencial impacto que tendrían las nuevas aplicaciones de la conectividad en el desarrollo económico.
Desafíos actuales
Para poder aprovechar de todos los beneficios que ofrece la digitalización, la región deberá primero superar una serie de retos. Por ejemplo, existe una enorme asimetría de la información en el sector de las telecomunicaciones, pero puede solucionarse con mayor precisión, completitud y transparencia. La información oportuna es clave para poder diseñar y acompañar proyectos, así como para generar ganancias. Por otro lado, aunque el costo de la tecnología ha bajado significativamente en los últimos años, el avance de la conectividad digital hacia zonas rurales y marginadas hace imperativo bajar los costos tanto como sea posible para que más personas puedan tener acceso a estas tecnologías. Sin embargo, el sector privado por sí solo no puede cerrar las brechas digitales y el Estado necesita crear las condiciones legales, regulatorias y financieras para aprovechar los recursos públicos y para atraer más inversión privada.
Una mirada a la industria extractiva
Por la importancia que tiene el sector extractivo en la región Andina y por las grandes posibilidades que trae la digitalización en este sector, vale la pena estudiar en detalle esta relación. Los sectores extractivos representan el 18% del PIB en Bolivia, el 20% del PIB en Ecuador y el 11% del PIB en Perú. En Colombia, el sector extractivo representa el 23% del total de sus exportaciones, mientras que en Venezuela, más del 90%. Además, en el caso de la minería, los países andinos cuentan con una oferta diversificada, en la que sobresalen minerales como el cobre y el litio, los más importantes para la generación de tecnologías limpias. Sin embargo, el sector extractivo también está en un proceso de transformación y, en los últimos años, ha tenido que innovar su oferta de metales, minerales y energías para satisfacer las cada vez más complejas necesidades tecnológicas y de diversificación.
El cambio climático y el esfuerzo global por cumplir con el Acuerdo de París obliga al sector a ajustarse, ya que en las próximas décadas aumentará la demanda por combustibles y minerales más limpios. Con el objetivo de hacer la transición hacia una economía menos dependiente del carbono, el sector extractivo deberá trabajar en tres dimensiones: la económica, la ambiental y la social. Para lograrlo, será necesario que adopte tecnologías disruptivas, éstas ofrecen oportunidades de competitividad y continuidad que ayudarán al sector a cumplir con las expectativas que el mundo tiene sobre él.
Las oportunidades que trae la digitalización para el sector extractivo son numerosas y no solo alcanzan a las empresas sino que se extienden a las comunidades locales y a los gobiernos. En el sector empresarial, el uso de las TIC trae consigo un mayor conocimiento sobre los recursos extractivos existentes, la optimización de materiales y equipos, una mejor administración del riesgo operativo y más transparencia, lo que ayuda a construir una mejor relación con los actores involucrados. Para las comunidades locales, las TIC representan más oportunidades de empleo, mitigación del riesgo de accidentes laborales y menores repercusiones en el medio ambiente. La digitalización también trae beneficios para los gobiernos, como el aumento de los ingresos tributarios y la posibilidad de atraer nuevos inversores.
¿Cómo avanzar?
Para profundizar en la digitalización y usarla como una verdadera palanca de desarrollo en la región Andina no solo se requieren acciones por parte de las empresas. También hace falta la acción de los gobiernos mediante regulaciones orientadas a maximizar los beneficios de la digitalización desde una perspectiva social. La capacitación de talento humano en temas digitales, el financiamiento inteligente, el acceso a la información, así como la creación de redes de apoyo de transformación digital, son solo algunos de los pasos que pueden tomarse en este camino de transformación productiva y digitalización en la región Andina.
Para saber más sobre los retos y oportunidades que traen los procesos de digitalización a las empresas de la región Andina, te invitamos a descargar la publicación Transformación productiva y digitalización empresarial en la región Andina.
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- | noviembre 6, 2024