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Claves para impulsar la transformación digital de las MIPYME a través del enfoque experimental

Alexandra Muñoz Surriba, Consultora externa de la División de Competitividad, Tecnología e Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
Marieke Goettsch, Especialista de la División de Competitividad, Tecnología e Innovación (CTI) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

La adopción tecnológica y la transformación digital de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME) tiene un enorme potencial de mejorar su productividad y competitividad, beneficiando también a los países donde están instaladas. Según el “Panorama digital de las MIPYMEs de América Latina 2021”, las MIPYME representan un porcentaje significativo del total de empresas en la región, siendo responsables de un 60% del empleo; sin embargo, su participación en el Producto Interno Bruto (PIB) es solo del 25%. En contraste, en países de la Unión Europea la participación de este segmento empresarial en el PIB alcanza en promedio un 56%, lo cual evidencia el gran potencial que aún queda por explorar en nuestra región.

Entonces, ¿cómo se puede fomentar la adopción tecnológica y la transformación digital entre las MIPYME de manera efectiva? Según una reciente revisión de evidencia, existen muchas oportunidades para aplicar el enfoque experimental con el objeto de contestar preguntas relevantes sobre la efectividad de programas de adopción tecnológica y ayudar a superar algunas de las barreras con las que se encuentran las MIPYME a la hora empezar su proceso de transformación digital.

Desde tiempos inmemoriales la experimentación ha permitido la generación de nuevo conocimiento. David L. Rogers, autor del libro “The digital transformation Playbook (el Manual de la Transformación digital)”, señala que la experimentación para programas de adopción digital en emprendimientos permite un aprendizaje temprano, rápido y oportuno que facilita mecanismos de retroalimentación y una evaluación rigurosa de sus resultados.

En este blog les contamos cómo utilizar un enfoque experimental para políticas de innovación que permita identificar y evaluar distintas alternativas de un modo ágil y riguroso, contribuyendo a mejorar el diseño y la eficacia de las políticas públicas y de sus instrumentos de apoyo, y con ello mejorar la toma de decisiones y la priorización de los programas.

El IGL y el BID por la Transformación Digital

Recientemente, el BID, en colaboración con el Innovation Growth Lab (IGL) de Nesta, una fundación de innovación basada en el Reino Unido, realizó una serie de talleres online, entre septiembre y noviembre de 2002, para los equipos técnicos encargados del diseño e implementación de políticas públicas de innovación y emprendimiento de tres países de América Latina y el Caribe: Argentina (a través de la Subsecretaría de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Economía de Argentina), Jamaica (a través del Banco de Desarrollo de Jamaica) y Uruguay (a través de la Agencia Nacional de Desarrollo), con el fin de guiar el desarrollo del diseño de un piloto experimental de transformación digital.

La metodología utilizada en estos talleres incluyó un importante componente práctico que le permitió a los equipos técnicos de los tres países integrar rápidamente conceptos como teoría del cambio, población objetivo, beneficiarios y medición, facilitando su aprendizaje y uso.

Con el acompañamiento de un especialista por equipo, cada institución participante planteó y desarrolló de forma interactiva el diseño de las distintas etapas de sus respectivos proyectos piloto, partiendo del contexto de sus países y sus MIPYME. Sumado a esto, la facilitación de espacios de aprendizaje entre pares permitió la retroalimentación no sólo desde una perspectiva experta, sino también desde la experiencia complementaria de los mismos participantes.

A pesar de todos los beneficios que trae la experimentación, son pocos los programas de adopción digital de MIPYME en América Latina y el mundo que cuentan con una evaluación rigurosa de sus resultados e impactos, ya sea por limitaciones de tiempo o recursos, o bien porque la aplicación de un enfoque experimental requiere un esfuerzo adicional al ciclo de políticas públicas que usualmente no se contempla.

Por eso, aquí te compartimos algunos datos interesantes sobre la utilidad de incorporar un enfoque experimental a políticas de innovación.

Ventajas de la experimentación en políticas públicas de innovación y desarrollo productivo

Aplicar un enfoque experimental puede aportar una serie de ventajas a la hora de diseñar, implementar e identificar áreas de mejoras de políticas públicas de innovación y desarrollo productivo.

  • El enfoque es útil en la fase de definición y diseño de intervenciones dado que puede fomentar la innovación en la formulación de nuevas ideas. Al desarrollar una teoría del cambio clara, es posible identificar y diseñar diferentes soluciones, sean éstas modificaciones marginales a la idea inicial o programas nuevos orientados a una variedad de actividades, las que luego en su implementación pueden ser evaluadas rigurosamente para facilitar a los hacedores de política pública las opciones más efectivas antes de llevar los programas a gran escala.
  • Aplicar un enfoque experimental mejora la robustez de los resultados. Por ende, apoya a los tomadores de decisión a definir y medir apropiadamente los indicadores de sus programas, diferenciando entre sus resultados, que dependen de una correcta implementación del programa en el terreno y de sus impactos, que señalan un cambio en las condiciones y características de los beneficiarios de la política.
  • Capacidad de identificar las potenciales causas del impacto de un programa. En términos prácticos, las evaluaciones experimentales no sólo permiten medir si un programa es efectivo o no, sino también por qué ha sido más o menos efectivo; esto, dada su metodología para medir el impacto de políticas públicas mediante ensayos controlados aleatorizados (RCTs por su sigla en inglés), que si son desarrolladas de manera correcta, pueden proveer resultados fiables y relevantes para la toma de decisiones. Al identificar las relaciones causales entre la política y sus resultados, se pueden hacer recomendaciones para mejorar la política en el futuro. Esto permite una revisión y ajuste continuo de la política a medida que se adquiere más información.
  • La experimentación permite la replicabilidad y escalabilidad de los programas públicos en otros contextos y situaciones similares. Los formuladores de políticas que adoptan el enfoque experimental pueden ayudar a sus pares con la evidencia que generan a través de la experimentación, y beneficiarse de la evidencia generada por otros en contextos similares.

Para alcanzar el potencial de estas ventajas es necesario contar con las capacidades gubernamentales adecuadas para una apropiada aplicación de la experimentación, pero también la interpretación de sus resultados, y que simultáneamente vayan aumentando a medida que las intervenciones incrementan en complejidad. Con ello, según la “Paradoja de la Innovación”, se evitaría caer en una “imitación isomórfica” que no considere la realidad local y no genere los resultados e impactos esperados.

Recomendaciones prácticas

Los talleres de capacitación centrados en el enfoque experimental, como los que llevamos a cabo en Argentina, Jamaica y Uruguay, brindan preparación teórica y práctica de los elementos claves a los equipos de agencias gubernamentales, y simultáneamente aumentan el interés y apertura en la aplicación del enfoque experimental.

A la hora de diseñar experiencias similares, es importante tener en consideración al menos los siguientes cuatro factores claves:

  1. Capacitar a los equipos técnicos involucrados en las distintas etapas del desarrollo de políticas de innovación. A parte de favorecer una institucionalización transversal del enfoque experimental, esto asegura que todos los equipos relevantes sean dueños del proceso de ideación y experimentación y puedan aportar sus perspectivas, aprendizajes y experiencias de forma completa.
  2. Utilizar estas experiencias para conectar equipos de trabajo de distintos contextos y en etapas similares en su proceso de experimentación ayuda a compartir experiencias, obstáculos, oportunidades y aprendizajes entre realidades, creando sinergias difícilmente alcanzables de otra forma.
  3. Personalizar el contenido de los talleres dependiendo de la etapa en la cual se encuentre el desarrollo de la política pública que se quiere evaluar. Contenidos relacionados con ideación, teoría de cambio, y diseño de políticas serán más apropiados para los equipos que están en la fase inicial de generación o mejora de intervenciones, mientras que contenidos más técnicos sobre recolección de datos, diseño del experimento y estrategias de medición serán más adecuados para instituciones que ya se encuentren en una fase avanzada del diseño de sus pilotos.
  4. Asegurar un acompañamiento personalizado a lo largo del desarrollo de capacidades e implementación de los primeros experimentos por parte de personal experto. Esto es clave para asegurar el éxito de la experimentación y el constante aprendizaje.

Lo anterior deja de manifiesto las ventajas que un enfoque experimental puede entregar al momento de diseñar e implementar políticas públicas de innovación.

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